El advergaming es crear un videojuego para hacer publicidad a una marca. Esta práctica no es novedosa, pero en estos últimos años ha cogido mayor relevancia, debido al crecimiento de la industria de los videojuegos. Se trata básicamente de generar atracción y mejorar el engagement (impulsar el compromiso) con los consumidores.
¿Por qué hacer un advergaming es complicado?
Desarrollar un videojuego es todo un reto, el objetivo finalmente es lograr que la historia y la mecánica de juego funcione y se vuelva adictivo, pero cuando se trata de un advergaming el asunto se complica más ya que hay muchos factores que no controlas.
Cuando mezclas videojuegos con publicidad el asunto se pone interesante, sobre todo cuando tienes un cliente exigente que lo único que le importa es sacar un beneficio en corto plazo. El tiempo es una de las cosas con las que se tiene que lidiar y no podemos tomarlo a la ligera.
Para lograr que un videojuego tenga éxito se le tiene que añadir varios ingredientes para lograr que tenga un buen gameplay. Sin embargo, cuando se trata de un advergaming muchas veces tendrás que prescindir de estos componentes por tratarse de un juego desarrollado para una marca. Con estas limitaciones se debe elaborar una propuesta que vaya con los objetivos de la marca y al mismo tiempo que agrade a los usuarios.
El cliente no siempre tiene la razón
Un videojuego debe reunir una serie de características que muchas veces el cliente no entiende. Imagínate una situación en la que el jugador reciba premios sin haber hecho nada, una recompensa por ser un consumidor de la marca. ¿Ya vas entendiendo por dónde va el asunto? El cliente sabrá mucho de marketing pero muy poco o nada de videojuegos, por lo que será difícil que acepte algo que le propongas, ya que querrá un juego a su manera.
La cosa se pone más interesante cuando tienes que lograr que el jugador entienda lo que el cliente quiere comunicarle. ¿Cómo venderle algo sin que no lo perciba así? Y si el público objetivo son niños el reto es aún mayor, porque el mensaje va dirigido no solo a los niños, sino también a los padres quienes son los que finalmente comprarán el producto.
Olimpiadas Cheetos
Para lograr un buen resultado es muy importante trabajar en la mecánica del juego, además de ser entretenido tiene que aportar algo más que lo vuelva atractivo. El factor educativo es un buen punto. El juego si va dirigido a niños debe ser muy intuitivo, para ello no escatimes en colocar ayudas, tanto visuales como de texto, debemos evitar a toda costa que el usuario sienta frustración. Si el jugador entiende que debe hacer será más fácil que siga adelante.
El éxito dependerá de conceptualizar adecuadamente el juego, logrando el equilibrio entre lo comercial y la jugabilidad (experiencia del jugador). Pero ¡ojo! si no hay una campaña efectiva de marketing detrás no se conseguirán los objetivos propuestos.