¿Que incitan a la violencia?, ¿que van en contra del aprendizaje?, ?que son una pérdida de tiempo?, son solo algunas de las cosas que se le cuestionan a los videojuegos. Sin embargo, estudios realizados distan mucho de esta apreciación. Al contrario de lo que cree mucha gente (sobre todo los detractores), los videojuegos se han convertido en una herramienta poderosa que potencia el aprendizaje, prueba de ello es que ya desde hace bastante tiempo se vienen desarrollando videojuegos para ayudar a niños con problemas cognitivos, incluso juegos específicamente diseñados para superar ciertos traumas.
Videojuegos existen de varios tipos, los hay de guerra, de pelea, de estrategia, de deportes, … cada uno con una mecánica de juego en particular. Es innegable que en la mayoría de videojuegos de acción las armas y los golpes abundan por doquier, que todo parece resolverse a punta de balas, golpes y matanzas, pero no es un catalizador para que el niño o adolescente se vuelva violento. Un videojuego, del mismo modo que ocurre con las películas, está destinado a un público específico restringido por edades, precisamente por el tipo de contenido que tiene. El juego debe ir acorde con la edad y madurez del menor, sumado a la comunicación por parte de los padres y de su entorno. En estas condiciones es improbable que se produzcan conductas impensadas.
Potencialidades más que aspectos negativos
Los e-Sports han cambiado la forma de cómo se perciben los juegos, considerándolos como cualquier otro deporte hoy en día. Mientras juegas un videojuego el cerebro se encuentra totalmente en alerta para, saltear obstáculos, encontrar pistas, recordar claves, etc. características positivas que pueden ser perfectamente trasladadas y aplicadas en la educación.
Diversos estudios han demostrado que existe una estrecha relación entre videojuegos y aprendizaje, estos potencian las habilidades, estimulan la inteligencia logrando resolver problemas mucho más rápido. El mito de que si juegas durante mucho tiempo un videojuego podría provocar adicción está muy lejos de realidad, ya que ocurre todo lo contrario: jugar videojuegos despierta y estimula nuestro cerebro, mejora nuestra capacidad de atención y de percepción, lo que desmitifica y echa por tierra aquel prejuicio que afirma que un videojuego está ligado al ocio y la violencia.